diumenge, 25 de maig del 2008

Alcaldes de quita y pon


Se cumple un año de la victoria electoral del socialista Jordi Hereu en las municipales de Barcelona, que tuvieron lugar el 27 de mayo de 2007. Sin embargo, Hereu ostenta el cargo de alcalde desde el 8 de septiembre de 2006, día en que recogió el testigo dejado por Joan Clos, quien pasaba a ser Ministro de Industria del primer Gobierno Zapatero. Los ocho meses de diferencia le sirvieron, al hasta entonces desconocido concejal por Barcelona, para darse a conocer entre la población barcelonesa.

Estos repentinos cambios de alcalde son algo intrínseco del comportamiento socialista en la alcaldía de Barcelona. Desde que hace 29 años Narcís Serra se impusiese en las primeras elecciones democráticas por el ayuntamiento de la capital catalana, los dirigentes del PSC han apostado por cambiar a sus ediles antes de la celebración de las correspondientes municipales. Serra fue sustituido por Pasqual Maragall cuando Felipe González lo nombró Ministro de Defensa del primer Gobierno del PSOE, mientras que Clos fue nombrado alcalde tras la renuncia de Maragall.

La estrategia utilizada es magnífica si se analiza desde un punto de vista meramente político ya que tras el fin de la dictadura ningún otro partido ha gobernado en Barcelona, a excepción de los puntuales socios de Gobierno que han tenido los socialistas. Si a parte de bajo el prisma político, se añaden la ética y los valores democráticos al estudio de la táctica socialdemócrata ésta pasa a ofrecer serias dudas. ¿Por qué, a qué se dedican los recién llegados a la alcaldía hasta que llegan las municipales? Pues a convertirse en personas familiares para el ciudadano; es decir, en vez de tener las habituales dos semanas de campaña estos candidatos disponen de más de medio año.

Esta utilización de las triquiñuelas que ofrece la democracia es más propia de una república bananera que de un país gobernado desde el talante, el diálogo y la igualdad. ¿Por qué, si tan seguro se está de ser la mejor opción, dónde está la necesidad de jugar con las cartas marcadas?